Escuchamos de empresas grandes como Crocs, quienes eran un nadie y de repente unos meses después eran una empresa enorme. Otra empresa como Uber que también se viralizo y creció rapidísimo, y aún así cambio por total el mercado de transporte contratado.
Cuando pensamos en estos modelos, muchas personas luego dicen que la iglesia es un ente mucho más importante que esas empresas, y adicional a eso la iglesia no requiere la infraestructura que tienen esas empresas. Muchas personas en la plantación de iglesias optan por lo que llaman modelos rápidamente reproducibles (MRR).
En un sentido estoy de acuerdo. Deberíamos nosotros siempre buscar como reproducir, cómo multiplicarnos. La misión de la iglesia es hacer discípulos de Jesús, y eso debería verse culminando en muchas más iglesias plantadas. Si nuestros modelos tienen una infreastructura o institucionalidad que no nos permite multiplicarnos con cierta rapidez, va a ser muy difícil multiplicarnos en general.
Al mismo tiempo, hay muchos de estos modelos rapidamente reproducibles que representan cierto peligro a la iglesia. La iglesia debería multiplicarse, pero aunque su misión es hacer discípulos, la misma gran comisión asume ciertas cosas adicionales. Estos discípulos se unirán a una comunidad, en esa comunidad ellos tendrán ciertas responsabilidades, ellos tendrán que aprender ciertas cosas (las que Cristo nos mando a hacer), y tendrán que comprobarse antes de tener liderazgo.
El punto es, cuando estamos hablando de la multiplicación, hablamos de ella como si fuese valiosa en si misma. En varios casos resulta que ya no importa tanto qué se esta multiplicando, sino que solo importa que algo se multiplique. No se dedica tiempo a asegurar de la salud de lo que se multiplica, sino que se asume que donde hay multiplicación hay salud. Nosotros sabemos que esto no es cierto. El cáncer se multiplica rápidamente.
En algunos otros casos el líder es medido en base a cuánto se multiplicó la obra. Si la obra no se multiplica, el líder no esta siendo eficaz en sus labores. Si la obra se multiplica mucho, el líder es invitado a conferencias, dado oportunidades para escribir libros, grabar videos, tener un podcast etc.
En ese sentido, veo cuatro peligros con hablar únicamente de modelos rápidamente reproducibles sin hablar de la calidad de la iglesia que se esta multiplicando.
1. Perdemos un enfoque de comunidad
Es fácil en los MRR enfocarnos tanto en la multiplicación que se pierde la oportunidad de profundizar en nuestra comunidad. La comunidad es una de las partes elementales a lo que significa ser iglesia. Mucho de lo que Pablo le escribe a las iglesias en el Nuevo Testamento requiere que estas personas pasen mucho tiempo juntos para vivir todas las implicaciones del evangelio.
Cristo mismo dice que el amor que tienen los discípulos los unos con los otros testificará a la realidad del evangelio. Cuando la Biblia habla de la iglesia, en muchas situaciones se refiere a ella como una familia. Con más tiempo que pasa junta una familia, más conflicto hay, lo cuál significa que hay más oportunidad para reflejar ese amor los unos por los otros.
2. Elevamos nueva conversión arriba de crecimiento en santidad
Cuando vemos la gran comisión vemos que esta incluye tanto el evangelizar y bautizar a nuevos creyentes y también el proceso de ayudar a estos nuevos creyentes crecer en santidad. No podemos reducir la gran comisión solo a la nueva conversión, ni solo al crecimiento en santidad. Ambas partes son necesarias para cumplir con la misión de la iglesia.
3. Corremos el riesgo de imponer manos con ligereza
Cuando queremos rápidamente multiplicar, necesitamos rápidamente desarrollar líderes. Parte de ser un anciano de una iglesia local es que no puede ser un neófito, lo cuál significa que cierto nivel de liderazgo en la iglesia requiere tiempo para que alguien madure antes de ocupar ese nivel de liderazgo. A veces los MRR tienden a multiplicarse antes de que hay liderazgo que esta listo. Esto los lleva a imponer manos sobre alguien quien no necesariamente califica con todos los requisitos. Aunque es bonito multiplicar, esto trae consigo el gran peligro de que ese líder no tenga la integridad, la moral, o la madurez para hacer lo que son llamados a hacer.
4. Olvidamos que Dios da el crecimiento
Por último, en algunos casos he visto con los MRR que el crecimiento se atribuye al modelo. Les sorprende que una iglesia no esta creciendo, porque el modelo que se ha desarrollado supuestamente debería generar multiplicación. A veces no hay multiplicación donde hay un buen modelo, no porque el modelo esta fallando sino porque en el momento Dios no esta dando crecimiento.
Conclusión
Necesitamos ser retados a considerar nuestra multiplicación, y en muchos casos, deberíamos considerar mayor rapidez en nuestra multiplicación. Al mismo tiempo, si nuestro enfoque es solo en multiplicar, hay bastantes riesgos que pueden impedir el crecimiento de la verdadera iglesia.